4 oct 2006

Quién no está en su sitio?



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El duelo entre el elefante y el gorrión
En una parte de la espesa jungla vivía un gorrión y su mujer, que había construído su nido en una rama del arbol tamal, y a su tiempo apareció la familia.
Una vez, un elefante de la selva, molesto por la fiebre y el calor, llegó bajo este tamal en busca de sombra. Cegado por la fiebre, tiró con la punta de su trompa de la rama en donde los gorriones tenían su nido, y la rompió. Con esto se rompieron los huevos, mientras que los pájaros padres -que estaban destinados a seguir viviendo- escaparon con vida.
Entonces el gorrión hembra se lamentó con pena por la muerte de sus pollitos. En este momento, sintiendo sus lamentos, un pájaro carpintero, gran amigo de ellos, vino entristecido por su pena y dijo: -Mi amiga querida, ¿para qué lamentarse en vano? Pues la escritura dice: "Por lo perdido, muerto y pasado
el sabio no se lamenta;
esa es justamente la diferencia
entre el sabio y el insensato"

-Esta es una buena doctrina -dijo el gorrión hembra- ¿pero qué hay con eso? Ese elefante, corriendo en su estado afiebrado mató a mis bebés. por eso, si tú eres mi amigo, piensa en algún proyecto que permita matar al gran elefante. Si esto se hace, me sentiría menos apenada por la muerte de mis niños.
-Madam -dijo el carpintero- Tu observación es muy cierta. Pues el proverbio dice: Amigo en el pesar, amigo de verdad,
aunque de casta distinta;
el mundo entero es su amigo ansioso
mientras que queden los bienes.

Veremos lo que mi astucia inventa. Sabe que yo también tengo un amigo, un mosquito llamado Susurro de laúd. Volveré con él para que el elefante villano sea asesinado. Después se fue con el gorrión hembra, encontró al mosquito y dijo: -Estimado caballero, ésta es mi amiga la señora Gorrión. Tú tendrás que prestarnos tus servicios, porque yo combino un plan para matar al elefante.
-Buen amigo -dijo el mosquito- hay una sola contestación posible. Tengo también un amigo muy íntimo un sapo llamado Mensajero Nube. Hagamos lo correcto y consultémoslo.

Y los tres juntos fueron y contaron al mensajero la historia completa y el sapo dijo:
-¡Qué cosa débil es ése elefante desgraciado contra un grupo grande, enfurecido! Mosquito, tu irás y le zumbarás en sus oídos afiebrados, para que cierre sus ojos complacido sintiendo tu música. Entonces el pájaro carpintero, con su pico le sacará los ojos. Después de esto me sentaré al borde de un abismo, a croar. Y él, teniendo sed, me oirá y se me acercará esperando encontrar un lugar de agua. Cuando él llegue al abismo, caerá adentro y sucumbirá.
Cuando llevaban a cabo sus planes, el elefante afiebrado cerró sus ojos complacido por el canto del mosquito, fue cegado por el carpintero, anduvo atormentado de sed por la tarde, seguía al croar de un sapo, llegó a un gran abismo y se cayó adentro y murió.
Un carpintero y un gorrión,
con un sapito y un mosquito
si atacan en masa,
dejarán vencido a un elefante.
Extraído de Sabiduría Hindú, Ling Yutang.