22 may 2008

Los que ratifican a Feinmann



Es cierto, José Pablo Feinmann declaró, durante la reciente Feria del Libro de Buenos Aires:
"No hay pelotudo que no tenga un blog. En la Argentina no hay pelotudo que no tenga un blog. O sea, no entro en un blog así nomás. A la mayoría de los que escriben en blogs, un buen jefe de redacción les daría una patada en el culo y los echaría por la pésima prosa que tienen."

Desmenucemos la frase: Que no haya pelotudo que no tenga un blog no es lo mismo que decir que todos los que tienen blog son pelotudos. O sea, todos los que "saltaron" tanto, se están dando por aludidos? Por qué no hay que pensar que alguno de los que tienen blog es pelotudo? Si pelotudos hay en todas partes...(lamentablemente).

El segundo tramo de la frase, también es cierta en algunos casos. Pero también hay que decir que muchos bloggers autores de blogs periodísticos no tienen intención de trabajar en un diario ni en otro medio. Ok, cada cual hace lo que quiere y puede. Al menos en este caso. Pero el final de esta frase viene, sobre todo, en relación con la que pronunció después:
"No, flaco. Hay que saber escribir, también. Sino, no le hagas perder el tiempo al que te lee. No lo agredas con tu mala prosa. Ese democratismo me parece agraviante con el lector".

Que alguien, porque no sepa escribir, no pueda expresar su opinión, aportar datos y enriquecer la blogósfera (además de entretenernos un rato) no me parece justo. Pero también -y los lectores de blogs lo sabemos bien- hay muchos bloggers que dicen: "yo escribo así y listo". No se calientan, no consultan un diccionario, no tratan de aprender a redactar un poco mejor ni hacerse un cursito de periodismo digital, ni nada. Contra esa actitud yo también puteo. Asimismo, no hay que dejar pasar que la generación de Feinmann es -y sobre todo, fue- de una alta exigencia. Para con los demás y para con ellos mismos. Totalitaria, en cierto modo. Si estabas en una facultad estabas en esa y no tenías nada que hacer en ninguna otra. Si militabas en la JP ni te acercabas a los troscos. Si simpatizabas con los montos nadie te podía preguntar nada, ni donde te tomabas el colectivo ni para qué esquina salías. Si escribías mal, no escribías ni las puteadas para los profesores. Es cierto, no les fue muy bien con esa actitud. Pero ellos son una generacón urgente, no pueden esperar a que la cosa decante sola.
Por otra parte, Feinmann siempre fue exigente como lector y como escritor. Cuando yo era jefa de prensa en la desaparecida Editorial Puntosur, le habíamos editado un libro (no estoy segura si era El ejército de ceniza o Escritos para el cine). Un día que pasó por la oficina, al ver un libro recién editado -de otro buen autor- frunció el ceño y dijo: "Por qué editan a éste?" Yo le respondí -ante la mirada divertida de su esposa-: Yyy, por las mismas razones que te editamos a vos". Así que con respecto a la exigencia de Feinmann, creo que deberíamos aprender de ella. Pero sólo un poco. Porque es verdad que muchos blogs nos hacen perder el tiempo como lectores. Están tan mal escritos que no se entiende lo que quieren decir. Y podrían hacerlo mejor. Y, como si fuera poco, los temas son los mismos que en otros cientos. Eso pasa con los medios también. Se superponen. Ya no sólo de un medio a otro, sino en el mismo medio: sale una nota casi igual más de una vez en el mismo diario. No da. No hace tanto, cuando yo empecé a colaborar, hace quince años, mi editor me mandaba al cuartito de archivo en Página a leer los sobres sobre el tema correspondiente, antes de hacer la nota. Justamente para eso, para no repetirse. No existía ni Google ni internet, pero se lograba igual. Contra esa desidia, yo también me apunto. Más cuando es sostenida hasta el hartazgo.
Entonces, ok, que Feinmann tenga un poquito más de paciencia para con los que no escriben tan bien como él. Pero los que saltan tanto con el tema, podrían mirarse y evaluarse un poquito más. Al menos para aprender a escribir cómo putear a Feinmann como corresponde.